Oh
Divino Niño Jesús, te pido humildemente que me concedas la fortaleza necesaria
para soportar el dolor, el alivio y consuelo en los momentos más difíciles y
sobre todo la gracia muy especial de recuperar mi salud, si conviene para el
alma. Con ella podré alabarte, darte gracias y adorarte durante toda mi vida.
AménDios, nuestro Padre y Creador, nos ha redimido de nuestro pecado con el sacrificio
de Su Hijo en la cruz. Fuimos rescatados con la Sangre Preciosa y
Misericordiosa de Cristo (1 Pedro 1:19)
La
Sangre del Cordero de Dios nos protege
Jesús
fue el cordero Pascual de la Nueva Alianza entre Dios y su pueblo. Su Sangre,
voluntariamente derramada por nosotros, nos obtiene el perdón de nuestros
pecados, y nos hace de nuevo hijos de Dios. Asi mismo nos protege tal como la
sangre del cordero pascual de la Antigua Alianza protegió a los israelitas en
Egipto, cuando con ella cubrieron los
dinteles y las jambas de las puertas de
sus viviendas (Exodo 12:7-13). Esta Nueva Alianza, como la primera, también se
inaugura con sangre, pero esta vez con la sangre del Cordero de Dios (Hebreos
9:18-22).
Debemos
ser parte del Pueblo de Dios
Sin
embargo para obtener esta protección que tanto suplicamos a la Sangre de Cristo
debemos ser parte del Pueblo de Dios y creer en Jesús como Su Hijo, como el
Mesías que anunciaron los profetas del Antiguo Testamento.
Los
mandamientos son la Voluntad de Dios
Así
mismo debemos abandonarnos de día en día, con total humildad, a la santa
voluntad del Señor y cumplir fielmente con sus mandamientos, los cuales el
mismo Jesús resumió en dos: El primero: "Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas"; El segundo: "Amarás
a tu prójimo como a tí mismo" (Marcos 12: 29-31).
Restitución
y Reparación del Pecado Original
El
abandono de nuestra vida diaria en humildad y fe, ante las innumerables
dificultades que experimentamos, es la restitución a que estamos obligados ante
Dios, para reparar el pecado de la falta de fe de nuestros primeros padres, y
es parte de la reparación que el Señor espera de nosotros en expiación de
nuestros propios pecados.
La
Cruz de Cristo es el Camino
El
sometimiento paciente y amoroso a esta permanente comprobación de nuestra fe es
ni más ni menos que nuestra aceptación personal del ofrecimiento de Jesús
cuando El dijo a sus discípulos "Si alguno quiere venir en pos de mi, tome
su cruz y sígame" (Mateo 16: 24).
Dios
concedería nuestros deseos
En
el momento en que el seguir a Jesús se nos convierta en una permanencia en El,
y sus palabras permanezcan en nosotros, entonces El y el Padre morarán en
nosotros, y todo lo que pidamos en Su nombre se nos concederá (Juan 15:7 y
Mateo 18: 20).
El
camino de la perdición eterna
Que
diferente es este camino de fe y de salvación cuando se le compara con el
actual, cuando en la búsqueda ansiosa y frenética de poder para "ganar el
mundo" (Mateo 16:25) los seres humanos lo arriesgan todo, incluso hasta
perder su alma para toda la eternidad.
Evidencia de este nuevo afán colectivo
es el surgimiento de un nuevo movimiento espiritual que se denomina a si mismo
como la "Nueva Era" (New Age),
y cuyas enseñanzas son una reedición del
pecado original de nuestros primeros padres. Sus profetas nos quieren convencer
de que todos somos dioses y que todo lo que tenemos que hacer es elevar el
nivel de nuestra conciencia a través de la meditación (y la cual quieren
hacernos creer que es igual a la oración)
y hacernos iguales a Dios.
El
engaño de los falsos profetas y Cristos de la Nueva Era
Estos
falsos profetas de la Nueva Era engañan a muchos (Mateo 24:9-13) con la eterna
seducción de las prácticas del poder mental (2 Tes. 2:10-12) con las cuales se
obtendrían el éxito, el amor, el dinero, la salud y el poder buscados.
Las
prácticas esotéricas de hoy en día
Esta
es la razón para el auge de hoy en día de las prácticas esotéricas, entre ellas
(esta no es una lista completa): la Programación Neuro Linguística, la
Autohipnosis con Visualizaciones Positivas, la Meditación, la Dianética, la Comunicación Espiritista a través de
estados alterados de conciencia con espíritus demoníacos (que muchos quisieran
creer que son ángeles o familiares fallecidos) o con los llamados
extraterrestres que no son más que demonios disfrazados, las llamadas
"canalizaciones",
los llamados "cursos de milagros", los Rituales Shamánicos de
consulta e invocación de espíritus, que aun subsisten en los pueblos primitivos
y en los afroamericanos, el Voodo, la Santería, la Kábala, la Teosofía, la
Metafísica, las ceremonias masónicas, los Viajes Astrales, y todo tipo de
práctica mágica para tratar de predecir el futuro con lecturas de cartas,
consultas a la tabla ouija, escritura automática, o cualquier otro método de
adivinación.
La
entrega de nuestro subconciente a los demonios
Todas
estas prácticas, sin excepción, son invocaciones que se hacen a los demonios a
invadir nuestro subconciente y a apoderarse de nuestra voluntad. Desde
allí estos espíritus inspiran, y con sus
"voces internas" conducen a la puerta ancha, placentera y fácil de la
perdición eterna (Mateo 7:13). Sus practicantes sin duda se condenarán si
persisten, y no se arrepienten a tiempo, de su pecado de querer, por encima de
todo, hacer su voluntad y no la de Dios Padre
(Mateo 7: 21).
La
felicidad incomparable del amor de Dios supera con creces los dolores de
nuestra corta vida
Nuestra
meta es el Cielo, y en él los dolores y lágrimas de nuestra corta vida serán
nada cuando vivamos la felicidad incomparable, indescriptible, inimaginable y
eterna del amor de Dios. Grande será la recompensa para aquellos que amaron al
Señor y a su prójimo (1 Corintios 13) y dedicaron su vida a hacer realidad el
Reino de Dios en la tierra (Mateo 6: 33).
La
oración que más le gusta al Señor
Por
eso desde ahora, ya que aún estamos a tiempo, y por los méritos de Su Sangre,
clamemos misericordia al Señor desde el abismo sin fondo de nuestros pecados, y
pidámosle que comunique a nuestra alma la santidad de su Corazón a fin que
podamos amarle desde ahora por toda la eternidad con el ardor de los más
encendidos serafines, con la pureza de los ángeles y de las vírgenes, y con la
santidad de los santos y mártires que lo poseen y lo glorifican en el cielo.
Que de esta manera nuestros corazones se conviertan desde ahora en llamas
eternas de amor por El.
Como
es eso de nacer de nuevo, según Jesús a Nicodemo
Llenos
de arrepentimiento y con un sincero deseo de conversión recordemos nuestras
vidas. Confesemos uno a uno nuestros pecados y lavémoslos con la Sangre
Preciosa de Cristo (Hebreos 9:14). Entonces
volveremos a nacer de nuevo, pero esta vez en el Espíritu (Hechos 2:
38). Seremos entonces como niños, llenos de inocencia, sencillez, y pureza.
Solo así nuestras oraciones serán oídas
y podremos entrar en el Reino de los Cielos (Mateo 18: 1-4, Juan 3: 1-8).
El
secreto de la verdadera santidad
Al
comienzo de cada día abandonémosnos a la Santa Voluntad del Señor. Recordemos
que cada día trae su propio afán y su propia cruz (Mateo 6:34). La verdadera
santidad consiste en aceptar Su Voluntad
negándonos a nosotros mismos desde la mañana hasta el final del día (Romanos
12:1-2). Al acostarnos hagamos la intención de acompañarlo toda la noche de
rodillas ante su cruz, ofrecimiento que seguramente lo confortará.
Como
contribuir a la salvación de las almas
Unamos
cada una de nuestras acciones diarias a los méritos de la Sangre Preciosa de
Jesús, de tal manera que ellas se conviertan en obras meritorias de reparación
que el Señor pueda utilizar para salvar almas (Col 1:24). . Acostumbrémosnos a
hablar constante y amorosamente de corazón a corazón con Jesús, y dejemos que
El sea la fuente principal de todo lo que hacemos o decimos. Si finalmente lo
dejamos obrar enteramente a su gusto, nuestra alma y la de El no serán sino
una, y estaremos más cerca de la santidad. "Sed perfectos como
vuestro Padre Celestial es
perfecto" nos pide Jesús en el Evangelio de San Mateo (Mateo 5:48).
Es
María Corredentora de la Humanidad?
Tenemos
una perfecta intercesora ante Jesús, su madre María, cuya misión corredentora fue prevista en la mente de Dios en el momento de nuestra
caída. Ella fue hecha nuestra Madre por Jesús en la cruz, obtiene para nosotros
la misericordia por nuestros pecados y nos guía en el camino de la reparación y
perfección espiritual. Debemos
consagrarnos a María poniendonos en sus manos, a su servicio y disposición, y
sin condiciones. A Ella debemos pedirle una de las más grandes gracias: Que
nuestro corazón se una a su Inmaculado Corazón en el amor hacia su hijo Jesús.
Los
cristianos somos la Luz del Mundo
Nosotros
los cristianos somos la Luz del Mundo (Mateo 5:14-16), y no se enciende una luz
para colocarla debajo de una mesa sino en un candelabro en donde sirva para que
nuestro prójimo enderece su vida y pueda hacer la voluntad de Dios.
Estamos
en el Final de los Tiempos y de la Gran Apostasía
Estamos
sin duda ya en el final de los tiempos (Lucas 21: 9-11). Sin embargo, y antes
del final, tal como lo anunció San Pablo, primero tendrá que venir la Gran
Apostasía (2 Tes 2:3). Esta anunciada apostasía en efecto ya ha aparecido,
encarnada en el ya mencionado movimiento espiritual de la Nueva Era (New Age),
La
teología demoníaca de la Nueva Era
El
movimiento de la Nueva Era, aparentemente informal pero bien dirigido desde las
tinieblas,
con
su fingidamente inofensiva, pero demoniaca nueva teología, está seduciendo a
todo el llamado "cristianismo" y al catolicismo (después del último
concilio). Ambos grupos han estado empeñados en un sincretismo universal de
todas las religiones, con modificaciones fundamentales a las enseñanzas del
Evangelio, e incorporando muchas creencias de las religiones orientales. No obstante que este mensaje es una verdadera
amenaza para el cristianismo las jerarquías "cristianas" y católicas
no quieren entenderlo así y se rehúsan a aceptar las advertencias (2 Tes
2:3-12, Daniel 11:36)
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