MAGNIFICAT
Esta oración es
poderosísima. Fue dictada por el Espíritu Santo, a la santísima Virgen María
¡Mi alma glorifica al
señor y mi espíritu está transportado del gozo en mi Dios, Salvador mío. Porque
ha puesto los ojos en su esclava, por tanto ya desde ahora me llamarán
bienaventurada todas las generaciones! Porque ha hecho en mí grandes cosas
aquél que es Todopoderoso, cuyo nombre es santo y cuya misericordia se derrama
de generación en generación, sobre los que aman. Hizo alarde del poder de su
brazo.
Deshizo las miras del corazón de los soberbios; derribó del trono a los
poderosos y ensalzó a los humildes; colmó de bienes a los hambrientos y a los
ricos los despidió vacíos. Acordándose de su misericordia acogió a Israel su
siervo, según la promesa que hizo a nuestros padres, a Abraham y a su
descendencia, por los siglos de los siglos. Así sea. ¡Gloria sea dada al Señor!

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